Bosques como manos hacia el cielo

Sofía y Andrés, una pareja joven, querían un cuadro para una de las paredes de su bodega. En concreto, para una zona habilitada como sala de estar, con sofás, barra de bar, equipo de música y televisión, donde suelen juntarse con los amigos. En la decoración del espacio dominaban los tonos marrón oscuro y negro, con una estética casi monocromática.

La pareja no especificó ninguna temática concreta para la obra aunque sí insistieron en que no querían composiciones abstractas. Como la sala se encuentra en un semisótano, sin ventanas ni luz natural, les propuse trabajar sobre una escena de naturaleza o paisaje que hiciera las veces de “ventana natural” para el lugar.

Durante una semana realicé fotografías en varios lugares de la Sierra de Madrid, Soria y Álava. La foto elegida finalmente la tomé en el Hayedo de Otzarreta, cerca de Vitoria. A la hora de la edición, opté por un revelado en blanco y negro, virado hacia los tonos marrones y subiendo el amarillo en las altas luces que aportara un ligero toque de color al ambiente. La obra se imprimió sobre una plancha de aluminio con metacrilato de 3 cm de espesor, sin marco, montada directamente sobre un bastidor de aluminio. Les aconsejé un acabado en mate porque da un resultado más elegante para ese tipo de foto, y porque también ayudaba a evitar brillos indeseados provenientes de las lámparas de la estancia.

El cuadro en su ubicación final